Desde los tiempos de Adan y Eva, la diferencia entre el hombre y la mujer se hizo más notoria, hasta ser casi un abismo. Pero el peso de la culpa y la necesidad de sobrevivencia , los mantuvo unidos y el uno debió trabajar y la otra parir. Cada uno teniá su razón de ser. Pero con el tiempo, el macho recorrió distancias buscando el alimento y la hembra se hizo más sedentaria cuidando a la prole. El trató de dilucidar formas de hacer más fáciles las cosas, ella trató de instaurar un sistena de protección, así descubrió lo bueno que prodigaba la tierrra para ser usado en beneficio de la prole, él empezó a acumular esos beneficios, y llegó el momento en que tuvo que defenderlos de otros grupos. Entre los dos se consolidó una sociedad con la cual reunieron más frutos de los imaginados. Pero por haber logrado la mujer más conocimiento, que sin quererlos eran ricos, pusieron al hombre en peligro de ser minimizado y este determinó dominar la situación con violencia, y se hizo bruto.

Las características primarias le dan a una mujer más intuición y sentido práctico, el hombre es más racional y analítico, debía proyectarse para no quedar encasillado en eso tópicos y desarrolló la imaginación .

Se podría suponer que el macho era más inteligente, pero es un factor relativo en el reino animal. Aunque casi todo es compartido, la supervivencia de la especie determina roles distintos, la hembra engendra y cuida, el macho cuida y reúne.

En toda la naturaleza animal, la finalidad predominante es la procreación y mantención de la especie. Eso dá diferencias en las formas de socidades. En muchas de las aves con parejas de toda la vida o en especies de hormigas y abejas en donde la reina copúla y mata o deja morir al macho. Eso nos puede llevar a la conclusión de que la hembra puede gobernar casi siempre por un derecho divino, como reina, como princesa, como virgen, pero nunca como dictadora, ese es un atributo creado, ganado y desarrollado por el macho que todavía sigue cantando "No puedo parir" (canción de Charly García).